¿Cuál es la diferencia entre el proceso lavado, honey y no lavado?
Son 3 los métodos más populares de tratado del café una vez se recoge el fruto del cafeto y cada uno de ellos da al café unas características únicas que influyen directamente en su sabor y calidad.
Proceso Lavado
Un tratamiento en el que el agua adquiere un papel predominante. Una vez recolectadas las cerezas se sumergen en agua, aquellas que no estén perfectamente maduras flotan y son apartadas. A continuación se retira la pulpa y queda la semilla recubierta por el mucílago. Se introducen entonces en agua para que fermenten y desarrollen su sabor, por último se lavan con agua para mejorar la limpieza y calidad. Para secarlos se extienden al sol donde se remueven constantemente. Este método proporciona tazas más limpias y finas, con mayor presencia de matices afrutados y florales, es el método más empleado para los cafés de especialidad y el que siguen la mayoría de nuestros cafés.
Proceso Honey
El honey es un método menos habitual en el que, tras despulpar las cerezas seleccionadas, no se sumergen en agua para la fermentación, sino que se deja una parte del mucílago recubriendo el grano mientras se seca al sol, de manera que los azúcares penetran en él alterando su sabor de manera diferente, logrando un adecuado balance entre dulzor y acidez. Dependiendo del grado de pulpa remanente y del tiempo de secado, el café honey puede clasificarse como blanco, amarillo, rojo o negro, reflejando diferentes niveles de exposición del grano a la fruta. Los cafés honey proporcionan tazas equilibradas y con cuerpo, con notas de caramelo, miel o frutos secos. Un método también empleado para cafés de especialidad, como el Ruanda Simbi Honey de Fanático
Proceso no lavado o natural
El tercer proceso es el no-lavado (también conocido como vía seca o natural), el más habitual, empleado generalmente en los robustas y en los arábicas de calidad media, aunque siempre hay excepciones. Es un proceso más sencillo en el que las cerezas recolectadas se extienden directamente al sol, que seca el fruto permitiendo su posterior descascarado. En el caso de los arábicas, este tratamiento proporciona granos con menor acidez y limita los matices afrutados, en favor de un mayor cuerpo. En La Mexicana no contamos con orígenes puros tratados por este método, pero si quieres conocer la diferencia puedes probar nuestro Blend Arábica Premium, que cuenta con un porcentaje de Brasil no lavado para moderar su acidez y potenciar el cuerpo, obteniendo así una taza sin acidez y consistente perfecta para combinar con leche.
Como veis, el proceso de producción afecta significativamente el perfil de sabor del café e influye directamente en nuestra experiencia sensorial al degustar cafés. Ahora que conoces las diferencias entre el proceso natural, honey y lavado, ¿con cuál te quedas?
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